La ministra de Gobierno, Mónica Palencia, ha negado cualquier participación en la decisión de asaltar la Embajada de México en Quito, afirmando categóricamente que no fue parte de la decisión, su ejecución ni de ningún otro acto posterior relacionado con este evento. Estas declaraciones surgen en medio de la controversia y críticas generadas por el asalto a la embajada, que ha sido condenado por diversos actores políticos y organizaciones internacionales como una violación flagrante del derecho internacional y de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.

La posición de Palencia plantea interrogantes sobre la cadena de mando y la responsabilidad política en esta situación, especialmente en un contexto donde el gobierno de Ecuador enfrenta duras críticas y llamados a juicio político por parte de figuras como el expresidente Rafael Correa. La afirmación de Palencia apunta a distanciarse de un hecho que ha generado un profundo malestar tanto a nivel nacional como internacional, subrayando la complejidad política y diplomática del incidente y sus posibles implicaciones para el gobierno de Noboa.