Andrés Arauz ha lanzado serias acusaciones contra el presidente Daniel Noboa, vinculándolo directamente con contratos en el sector industrial de El Ordeño. Según Arauz, no solo los familiares de Noboa están involucrados, sino también la empresa Lanfranco, que cuenta con el propio presidente como beneficiario final. Esta revelación sugiere que Noboa estaría adjudicándose contratos a sí mismo, un acto que Arauz califica como un claro conflicto de intereses. La implicación de la tía y los primos de Noboa en estos acuerdos solo agrava la percepción de nepotismo y corrupción en la administración actual.

Estas denuncias han generado un intenso debate sobre la ética y la transparencia en el gobierno de Noboa. Las acusaciones de Arauz destacan la necesidad de una investigación exhaustiva y transparente para esclarecer los vínculos y posibles beneficios personales en los contratos de El Ordeño. La administración de Noboa enfrenta ahora el reto de demostrar su compromiso con la integridad y la justicia, en un momento en que la confianza pública en las instituciones está en juego. La respuesta del gobierno a estas acusaciones será crucial para determinar la solidez de su liderazgo y su capacidad para gobernar sin favoritismos.